Llama mi atención la cantidad de correos
que recibo en lo referente a
sí las personas deben o no dejar una relación, que por demás,
les está resultando dolorosa
y llena de sufrimiento e incluso agresiva.
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Hombres y mujeres por igual escriben y me cuentan sus historias,
las cuáles agradezco en gran medida porque me
permite entrar en contacto
con sus historias, con su
experiencia y con sus dolencias.
Recorrer un camino de recuperación requiere tiempo.
He observado que piden consejo, además que están ávidas
de alguna receta que les haga
funcionar para salir de una vez por
todas de esa situación tan escabrosa.
Por supuesto que me encantaría poder ayudar
y contribuir en sus vidas, pero lamentablemente cada
experiencia es distinta, cada pareja tiene su propia particularidad,
pero sobre todo, cada una de ellas tiene su propia realidad.
No existen recetas ni consejos únicos.
Lo más importante es tu vida y tus sentimientos y
cada quién puede resolver su circunstancia de vida de la mejor manera.
Algunas de esas historias aún sabiendo lo que tienen que
hacer o no hacer, de cualquier manera piden alguna alternativa de solución.
La única alternativa de solución es:
Emprender un camino de sanación y de crecimiento personal para revisar aspectos cómo:
- Por qué permito una relación destructiva?
No tienes que transitar este camino en soledad, busca ayuda:
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Ana Giorgana