Historias Reales de Parejas Reales...
Héctor está lleno de dudas.
Padece una fuerte depresión.
Su estado de angustia se denota por todos lados.
Siente que su vida ha caído en una espiral destructiva desde que conoció a Gabriela.
Ella es encantadora.
Ella es una reina.
Ella es una mujer muy interesante.
Y, sí Gabriela es tan hermosa, entonces: ¿cuál es la razón de que Héctor esté en esa condición de vida?
La respuesta no se deja esperar.
Yo le dado todo.
Ella me denigra.
Ella me trata peor que a nadie.
Ella solo quiere ser admirada.
Ella quiere ser el centro de atención.
Ella es una mujer muy vanidosa y centrada en sí misma.
Yo quiero que ella cambie.
Yo quiero que ella me ame.
Yo quiero que ella me escuche.
Yo quiero que ella reconozca mi amor.
Pero ella no lo hace, por el contrario, sale con sus amigas, yo no soy su prioridad.
Y me enojo, me molesto, me irrito y mis celos incontrolados salen a relucir.
La vida al lado de Gabriela me ha dejado fuera de mí.
Ya no se quién soy, qué quiero.
Mi terror a perderla va en aumento.
Me miente.
No cumple nuestros compromisos.
Está siempre centrada en sí misma.
Además, abusa del alcohol y de la fiesta y eso me irrita.
Gabriela dice amarme.
Pero dice una cosa y hace otra.
Sus palabras, por momentos, están llenas de arrepentimiento.
Pero basta con mirar sus acciones para comprender que no es así.
Finalmente Héctor llega a la terapia porque desea que ambos tomen una terapia de parejas.
Ella no quiere.
Él insiste.
Héctor piensa que si ella cambia su vida en pareja será maravillosa.
Una idea descabellada.
Héctor entra a terapia individual porque sabe, en el fondo, que algo anda mal con él, pero no sabe decirlo, su vida depende de Gabriela, ni siquiera de ella, de la relación con ella.
Su amor por Gabriela es ansioso, dudoso, inseguro. Y, ese estilo amoroso es precisamente el que Héctor requiere revisar en su terapia individual.
Ana Giorgana
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