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Yamel solicita consulta porque su pareja es adicta al juego. Ella dice no tener problemas excepto que su pareja es adicta al juego.
Yamel quiere ayudarle. Está dispuesta a hacer lo que sea para que él deje el juego.
Desde ese momento, existe un planteamiento equivocado. Yamel puede sugerirle, puede acompañarlo en su recuperación de adicción al juego. Pero de ninguna manera puede hacer nada por él.
Su pareja pasa horas completas en los casinos. Se olvida de la hora, los comprisos. Pierde todo, gana todo. En fín, es una forma muy inestable de vivir.
El problema es que se gasta la mitad de su quincena en el juego. Al final, siempre acaba perdiendo todo.
Los ahorros para la boda los sacó del banco y se los gastó en el juego. Ese fue el foco rojo que llevaron a Yamel a solicitar la consulta. Lo más curioso, es que el afectado no acudió a la cita.
Por supuesto, que está muy arrepentido de haber tomado los ahorros para la boda. Pero no pudo evitarlo. Ella se molestó, lo cortó, le dijo que era un irresponsable. Él le ha prometido que va a modificar su comportamiento, por tal motivo, ella está en la consulta.
Pareciera entonces que ella es la responsable, que si ella recibe asesoría, él podrá salir adelante.
Por supuesto, que no será así.
Es él quien tiene que tomar la responsabilidad de su conducta adictiva y destructiva.
Es él quient tiene que acudir a los especialistas.
Es él quien tiene que dejar el comportamiento.
Yamel, por supuesto, es una mujer codependiente. La codependencia se caracteriza de una persona que depende de otra que tiene un comportamiento de adicción: al juego, al alcohol, al sexo, a las drogas, etcétera.
En este sentido es importante que ella se trate en su dependencia emocional y codependencia y que él se trate en lo que le corresponde a la ludopatía.
Sí te interesa saber más sobre causas y recuperación de la ludopatía visita este artículo
Ana Giorgana
Terapeuta en dependencias emocionales.
